miércoles, 16 de julio de 2014

El evangelio diluido

La iglesia de Cristo se encuentra azotada hoy por un "evangelio diluido". Lo cierto es que es un evangelio que no reúne los requisitos del evangelio de Cristo. Los promotores procuran diluirlo y hacerlo más suave para que sea más atractivo para los de afuera de la iglesia, y más fácil vivirlo para los de adentro. El resultado es otro evangelio. El apóstol Pablo también habló de una distorsión del evangelio en Gálatas 1:6. Es un evangelio que carece de unas doctrinas fundamentales que Cristo nos enseñó mientras estuvo aquí en la tierra. Ese nuevo reino consiste en una nueva constitución. Pablo lamenta el hecho de que los gálatas se habían alejado de Cristo, "para seguir un evangelio diferente". Él sigue diciendo que "no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo"(Gálatas 1:7).
 
Uno de los desvíos del evangelio de Cristo muy popular hoy día es propagar la creencia de que Jesucristo nos salva de nuestros pecados, pero la gracia nos cubre a tal punto que nuestra manera de vivir no es muy importante. Es decir, creer en Jesús como Salvador pero rehusar aceptar su señorío en la vida diaria. Esa creencia dice que no es tan importante vivir una vida santa en el temor de Dios, y que Dios nos acepta siempre por su gracia, pasando por alto el pecado en la vida. Dice que es imposible vivir una vida como la que pidió Jesús en el mundo de hoy, así que la gracia de Dios cubre nuestros pecados.
 
Algunas veces el médico receta una medicina muy amarga. Si se diluye con bastante agua, o se mezcla con jugo de uva o de naranja, se puede tomar más fácilmente. Me parece que lo mismo están haciendo muchos con el evangelio de Cristo. Hallan muy difíciles los mandamientos bíblicos y procuran suavizarlos quitándoles requerimientos. Diluyen el evangelio de tal forma que ya no es el evangelio de Cristo, sino un evangelio distorsionado o pervertido.
 
Estamos enfrentando tiempos muy peligrosos, y es menester que estemos alerta a las amenazas que enfrenta la iglesia de Cristo.
 
Duane Nisly
 

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